Cuando le pregunto a las personas de mi alrededor sobre de qué les interesaría que les hablaran en relación con los residuos, casi todo el mundo me hace preguntas como las siguientes: ¿Dónde pongo los residuos como el papel que viene plastificado, por ejemplo, de la carnicería? ¿Qué hago con las cápsulas de café?, en definitiva, la gente se pregunta qué debe hacer con los residuos compuestos, es decir aquellos que están fabricados por dos fracciones distintas de la que ellos conocen.
Para los dos ejemplos que he puesto puedo responder, los papeles que llevan algo de plástico lo mejor es separar los dos componentes y tirar el plástico al amarillo y el papel al azul y si no se puede separar se depositan en el contenedor amarillo. Respecto a las cápsulas de café han de ir al contenedor gris, “basura normal”, o bien entregarlos en los canales específicos organizados por los fabricantes (puntos limpios, tiendas, etc.), pero las cápsulas que se queden vacías después de usarse, sin restos de café dentro, deben ir al contenedor amarillo. Son dos ejemplos de los que puedo responder, pero reconozco que algunos de estos tipos de residuos ni yo misma se dónde debo depositarlos.
Otro problema que existe también, es que en ocasiones un envase de plástico es de un tipo y el tapón es de otro tipo distinto.
Yo también me hago preguntas, ¿por qué los envases no son de un único material? Si así fuera nos ahorraría no solo quebraderos de cabeza, que eso es un mal menor, si no también costos en la buena gestión de los residuos, lo que redundaría en una mejora sustancial del medio ambiente y por tanto de nuestra salud.
Estas preguntas me las hacen personas que tienen interés en separar las distintas fracciones y hacerlo de la mejor manera posible, pero les surgen dudas, por lo que creo que hacer un repaso de cada una de estas fracciones nunca está de más. Pero antes de explicar qué se debe depositar en cada uno de ellos, indicaré que el modelo de recogida que se debe implantar en España de acuerdo a la normativa europea y antes de enero del año 2.024 es el de 5 fracciones: envases, papel y cartón, vidrio, orgánica y resto. Actualmente el modelo más implantado, exceptuando algunas zonas, es el modelo de 4 contenedores: amarillo, azul y verde, más el contenedor gris, o gris con tapa naranja o naranja, (según las distintas localidades) y en el que se deposita la fracción resto.
Es por esto que «en dos días» el contenedor marrón para la materia orgánica debe estar en todas las localidades para así tener un modelo de recogida de 5 fracciones y cumplir con la normativa.
Empezaré por el contenedor que a mi entender es el más conflictivo, el contenedor amarillo. El primer error que se produce es llamarlo el contenedor del plástico, cosa que no es en absoluto cierta. El contenedor amarillo es el contenedor de envases, por lo que se depositarán en el mismo aquellos residuos de envases de plástico, acero, envases férricos, y envases de aluminio. Se define envase como “Recipiente que facilita la conservación y transporte del producto que contiene, en especial un alimento”. NO se debe por tanto depositar el triciclo del niño porque es de plástico, o la colchoneta de la piscina, etc., etc.
– Los envases de plástico son: las bolsas del supermercado, las barquetas de poliespán donde se depositan los alimentos, las cajas de madera de los alimentos, los botes de yogurt, las botellas de agua, los envases de los productos de limpieza, aerosoles, tubos de pasta de dientes, botellas de leche, los envases de plástico transparente de la fruta, el plástico film, y un largo etcétera más, pero insisto envases, no plásticos.
– En cuanto a los envases de acero: se incluyen todas las latas de los productos alimenticios, las tapas de los botes de cristal, las chapas de las bebidas… pero no un grifo, ni cualquier otro metal que no se considere envase.
– Otro envase que va en el contenedor amarillo es el envase de aluminio, el más característico es la lata de bebidas, pero también es envase el papel de aluminio y las tapas de algunos envases alimentarios. No se deben depositar utensilios de aluminio. Los tetrabriks deben también depositarse en el contenedor amarillo. Si bien es un envase compuesto, cartón, aluminio y plástico, está catalogado como envase por lo cual debe seguir la misma vía que los anteriores. La parte de aluminio que contienen es determinante para su clasificación.
Continuamos con otra fracción que, aunque aparentemente no produce dudas, en realidad también se cometen algunos errores a la hora de realizar la segregación. Es la fracción que se deposita en el contenedor verde o lo que es lo mismo la fracción vidrio.
El problema que se ocasiona al realizar la deposición del residuo en este contenedor es que el vidrio y el cristal son dos términos que habitualmente se usan como sinónimos y en realidad son completamente distintos. El cristal es un sólido perfecto que contiene óxido de plomo, el cual posee una estructura atómica regular, es decir, al tener sus componentes “ordenados” da lugar a formas definidas y simétricas. Además, son creados por la naturaleza a través de la cristalización de gases. Por su parte, el vidrio es fabricado y presenta una estructura irregular. Sus componentes no están sujetos a reglas, resultado de la fusión de distintas materias primas (sílice, sosa y caliza) y su disposición es aleatoria.
Lo que debemos depositar en el contenedor verde son los vidrios no los cristales. Si queréis saber si una copa es de vidrio o de cristal debéis golpear su borde con el dedo. Si el sonido producido es un “ping” corto será una copa de vidrio mientras que si se produce un “ping” largo y con una bonita sonoridad será una copa de cristal. Además, las copas de cristal suelen ser más pesadas, transparentes, finas y delicadas. El vidrio es 100% reciclable, es decir, que se puede fundir de nuevo sin perder cantidad ni calidad. Para ello, debemos depositar los objetos de vidrio en el contenedor verde. El cristal, en cambio, no puede reciclarse. Así, lo que no podemos depositar en el contenedor de vidrio son: los cristales, espejos, lozas, como platos, envases de cuajada o crema catalana etc., bombillas y similares.
El siguiente contenedor del que vamos a hacer un repaso es el contenedor azul o contenedor de papel. En este debemos depositar los papeles, revistas, hueveras de cartón, envases y embalajes de cartón, (no tirar la parte de embalajes que no sea cartón o papel), sobres, (si son con ventanilla ésta hay que quitarla y depositarla en el contenedor amarillo), etc. Si tenemos que tirar un cuaderno u hojas grapadas debemos quitar el espiral, o quitar las grapas. En él no podemos depositar: bricks, servilletas o celulosas sucias. Es muy importante la forma en la que se deposita el residuo de papel y cartón. Es fundamental, tal y como se indica en los propios contenedores, que doblemos los envases de cartón para que puedan ser introducidos y ocupen el menor espacio posible. Llevar las cajas al contenedor y dejarlas delante de él, no es en absoluto una buena gestión de esta fracción.
Una vez que hemos hablado de estas tres fracciones, tenemos que hablar de un par de fracciones que ahora son de difícil compresión para muchos usuarios. Esto se debe a que el contenedor marrón, que es donde se deposita la fracción orgánica, no está implantado en todo el territorio nacional y por tanto el ciudadano lo que conoce es que lo que no se deposita en los contenedores amarillo, verde o azul debe ir a la fracción resto, es decir los residuos deben ir al contenedor gris de tapa naranja o de color naranja.
He comentado que en enero de 2.024 deben estar implantados en todo el territorio español los contenedores marrones para la fracción orgánica. Otro dato importante es que la orgánica es la predominante entre los residuos de competencia municipal, siendo la que se genera en cantidades mayores. Del 100% de los residuos generados en los hogares, se estima que la orgánica constituye más del 60% en peso.
Para separar la fracción debemos disponer de un cubo preferiblemente con ventilación, utilizar bolsas compostables para poner los residuos, cerrarlas bien y depositarlas en el contenedor marrón.
Pero ¿qué es lo que constituye la fracción orgánica? La fracción orgánica es aquella compuesta por desechos naturales y orgánicos, como alimentos. Son, en definitiva, todo aquello que se descompone de manera natural para volver a formar parte del ciclo de la vida.
En el ámbito doméstico existen tres tipos:
- Fracción orgánica (FO): restos del proceso de cocinar, manipular o elaborar productos de alimentación. Por ejemplo, restos de frutos secos, cáscaras de huevos, papel de cocina manchado o tapones de corcho.
- Fracción vegetal (FV): son restos vegetales pequeños y de tipo no leñoso que proceden de la jardinería. Por ejemplo, hojas o hierba.
- Poda: restos vegetales provenientes de la poda, de mayor tamaño que los anteriores. Por ejemplo, ramas, troncos o gran cantidad de tierra.
En resumen, estamos hablando de restos de fruta y verdura, restos de carne y pescado, cascaras de huevo, frutos secos y marisco, comidas cocinadas como arroz y pasta, posos de café y restos de infusiones, corcho, papel de cocina y servilletas impregnados, restos de poda del jardín y huerta.
Ya nos queda la última fracción, la fracción resto o la del contenedor gris. ¿Qué queda ya para esta fracción si ya hemos separado la orgánica? Pues aún hay residuos para este contenedor como: la arena para mascotas, pañales, toallitas, productos de higiene femenina, barreduras y aquellos residuos que no sean de ninguna de las otras fracciones.
Estos son los residuos que debemos separar en los distintos contenedores, pero en nuestros hogares se generan algunos más, como por ejemplo aceites de origen vegetal, ropas y calzado, enseres, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, escombros de pequeñas obras de rehabilitación, pilas y baterías, bombillas y lámparas y un largo etc.
No quiero extenderme más, ya que es mucha información y es preciso asimilarla, pero en un futuro blog, veremos qué son los puntos limpios, las plantas de tratamiento y el destino que tienen los distintos residuos de los que hemos tratado en esta ocasión.
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